Fascinación Acerca de Textos bíblicos para la fortaleza
Tener Certidumbre es tener la plena seguridad de acoger lo que se espera; es estar convencidos de la sinceridad de cosas que no vemos.
Adicionalmente, a la bombilla del evangelio del buen samaritano y del querella final, Jesús nos enseña que, en el aplicación mesiánico del Reino de Dios, el mundo del sufrimiento tiene otra finalidad renta: invocar al mundo del aprecio. Se esconde un intriga de valiosísima dignidad en el que sufre y en el que se le acerca. Ahí se descubre en plena desnudez y despojo que cada hombre vale no por las cosas que tiene, sino por lo que es, porque es inmensamente amado por Dios.
El sufrimiento de Jesús nos beneficia espiritualmente de varias maneras. Primero, su sacrificio en la cruz nos muestra el inclinación incondicional de Dios cerca de nosotros, lo cual nos ayuda a comprender y experimentar su gracia y perdón. Segundo, su sufrimiento nos da un ejemplo de cómo contraponer las pruebas y dificultades de la vida con Confianza y confianza en Dios.
Al aplicar estas lecciones a nuestras vidas, podemos encontrar consuelo, fuerza y esperanza, sabiendo que no estamos solos en nuestro sufrimiento y que hay un propósito más elevado en medio de nuestras dificultades.
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Este versículo es un recordatorio de Promesas bíblicas para momentos difíciles la importancia de tener confianza en Dios y estar seguros de nuestro valor y dignidad como hijos de Dios.
La continuación de predicar el evangelio en medio del sufrimiento todavía nos recuerda la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo entre los creyentes.
Esta proclamación es muy significativa aunque que nos hace ver que el evangelio trae consigo un cambio profundo en nuestras vidas y en la sociedad. Jesús no viene a poner la paz, sino a trastornar los establecimientos existentes. Es por eso que su mensaje puede ser una fuente de conflicto para muchos.
Él les advierte de que serán vistos como ovejas entre lobos y deben ser astutos como serpientes, pero sinceros como palomas.
En persona, no podemos evitar participar del dolor casi sofocante a pesar de la condición deteriorada de la obra.
2. Inspeccionar nuestra penuria de salvación: El sufrimiento de Cristo nos recuerda la gravedad de nuestros pecados y nuestra incapacidad de salvarnos a nosotros mismos. Nos lleva a examinar que solo a través de Jesús podemos obtener la salvación.
“Recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12)
Tolerar a los oyentes a conocer personalmente a Jesús, a conversar con Él a digerir su mensaje y ponerlo en práctica en su vida cotidiana.
Y la esperanza no acarrea vergüenza porque el inclinación de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido hexaedro (Rom 5:5).